viernes, 14 de enero de 2011

TRATÁ DE NO CRECER



JULIO -¿Y?

NORMA -¿Está muerto? (Pausa)

LUCÍA -Me acerqué y me miró fijamente como diciendo: “No me afectó lo que hizo Julio. Total, es lo mismo quedarme un rato sin aire, que de la forma que estoy respirando. No es la primera vez que me quedo sin aire. Quién no está sin aire, sofocado… Cuánto tiempo hace que nos quedamos sin aire, sin poder crecer, ni pensar. Qué me puede hacer que me acogoten, que me aprieten el cuello, que no pueda respirar... ¿Quién respira bien?” (Se miran Norma y Julio. Pausa)

JULIO -¿Eso habló el filósofo? Este ignorante, sólo con una mirada, no puede ser tan profundo. No, no habla así con la mirada.

NORMA -Seguro que, con los ojos, le dijo “quiero pan” y ésta entendió cualquiera. Ese pibe no puede diferenciar una boletería de una locomotora y va mandarse con semejante reflexión. Bueno, lo importante es que sigue vivo. Mirá si se moría por una pavada, tenés que controlarte Julio. No podés ser pobre y tan nervioso. Vos, nunca fuiste agresivo y ahora ¿querés ser igual a los que no disfrutan de la vida? No vale la pena amargarse. Seguí disfrutando tu felicidad y que se rompan los cuernos los demás.

JULIO -¿Qué querés? No es fácil mi vida… No es nada fácil… (Reflexivo) ¿Sabés lo que me da bronca? Que no te valoran. Éste, me tiene a mí ¡como a un padre! Ojalá, yo, hubiera tenido un papá que me cargara al hombro y me cuidara como lo cuido al pibe. (Pausa